La marca de la diferencia...

Mi historia como una simple mortal, se terminó hace bastante tiempo ya...

Mi nombre es Niobe Baran, era una más, perdida en el mundo, harta de las trivialidades de la humanidad... Lo único que tenía en mi vida era mi hermana pequeña, Maat . Gracias a ella sacaba fuerzas cada día para poder seguir en este mundo que para mí solo tenia tonalidades grises y negras... ella era la única razón de existir, la única hasta ese momento.
No había nada en este mundo que captara mi atención, que despertara en mi un cierto interés, había perdido la fe en la humanidad, no creía en los sentimientos, no había nadie en ninguna parte, ( excepto mi hermana menor) que me podría echar de menos si desaparecía un día para no volver jamás.. nadie notaría la ausencia.

Mi hermana tenía bastante vida social, tenía bastantes amistades y conocidos, tenía su trabajo, y un amigo especial... Lo que toda joven anhela, ella ya lo tenía, y lo tenía gracias a su esfuerzo, lo que hacía que me sintiera cada día más orgullosa de ser la hermana mayor de alguien como ella... Era lo más bonito que tenía en mi vida, pero casi nunca nos veníamos, siempre hemos tenido horarios incompatibles, pero eso no se interponía en la magnifica relación que tenemos.
Casi siempre me encontraba sola... la soledad se iba convirtiendo en mi mejor amiga, en mi aliada, pero Maat lo sabía y no le gustaba que me encerrara tanto en mi mundo, y yo quería hacerla feliz, eso se supone que hacían las hermanas mayores ¿ no?... Empezó a presentarme a sus conocidos, yo juro que intente hacer más vida social... pero supongo que en el fondo siempre supe que soy diferente, que tenía algo especial por así decirlo...
No me llevaba bien con la gente normal... Veía en las personas demasiada falsedad, demasiada vanidad, solía ver que daban importancia a cosas que para mi eran trivialidades sin importancia...


Empecé a hablar y tener una buena relación de amistad por primera vez con una de las personas más importantes para mi hermana, si era importante para ella, también lo era para mí, Llomello tenía que ser diferente para que mi hermana se fijará en él... Y así lo era, aunque no sabía que podía ser hasta tal punto... Un día estando charlando con el en casa, me dijo que era un ¡Vampiro! nose por que, pero quise saber que pasaba si un vampiro mordía a un humano, y lo que ocurría es que el alma del humano se iria al limbo y si el humano se convertía a vampiro el alma sería de quien le mordío... El hecho de saber que podría deshacerme de mi alma atormentada, el saber que con tan solo un mordisco solo mi alma estaría en el limbo por un tiempo... Hizo que deseará fervientemente que me mordiera para poder librarme de mi alma, así que le pedí que me mordiera... Se quedó muy asombrado... me miro a los ojos durante unos segundos, nose que vio en ellos, pero aunque parecía que no quería morder a la hermana de "su Maat", después de esa mirada, lo hizo...

Hace tanto tiempo ya de eso, que los recuerdos están turbios en mi mente... tengo grabada su mirada penetrante de ojos verdes antes de morderme, pero no recuerdo que sentí esa primera vez que unos colmillos atravesaron mi frágil cuello virgen de mordiscos hasta ese momento...
Siempre supe que era diferente a la mayoría de la gente, y después de ese mordisco no se sorprenderían cuando vieran mi manera de ser...

Esa marca permanente que se quedó en mi cuello dejaba ver a simple vista que era diferente... Ahora mi alma no me atormentaba, se encontraba en el limbo, lejos de mí...Aun era humana... pero diferente al resto de la humanidad...