El tiempo se esfumo de repente... las horas pasaban pero yo no veía transcurrir el tiempo, para mí el tiempo ya no existía, pues tenía toda una eternidad por delante...
Veía transcurrir el tiempo en la vida de los demás... Estaba casi siempre en compañia de Cen, juntos veíamos desde otro prisma la vida de la humanidad, las cosas tan insignificantes a las que podían dar importancia la gente, pasabamos horas y horas charlando...
El clan en el que me encontraba no me gustaba nada, al jefe del clan nunca me había parecido muy normal, pareci
a que sentía verdadero placer cuando mordía a una vampira, pero no ese placer que suelen sentir los vampiros cuando se alimentan de su deseada sangre... si no un placer que iba más haya... cuando mordia, se le escuchaba gemir de placer, nunca me gusto y encima últimamente se le había subido lo de ser Rey, y se creía que tenía derecho sobre los vampiros, derecho y autoridad como para ordenarles lo que debían o no hacer... con quien tenían que hablar, y como tenían que vestir... Y yo tenía muy claro que no tenía que dar explicaciones a nadie, era libre de hacer lo que quisiera, era inmortal, y no iba a dejar que alguien como él me dijera que tenía que hacer durante el resto de mi vida...
Los días iban pasando y yo estaba más incomoda en ese clan, cuando Cen no estaba alguna vez me acercaba por el castillo, y no me gustaba el ambiente que se respiraba por allí... Cada vez tenía mas en mente ser una vampira por libre, no tener que dar explicaciones a ningun clan... Al fin y al cabo, Cen seguría teniendo mi alma que para mí era lo más importante, y aunque no fuera mi mentor de verdad.... En el fondo, sabía, o al menos quería pensar... que Cen siempre estaría ahí para agarrarme si me caía, fuera o no mi liege... No sabía por que pero él tenía algo especial, algo que no sabría describir... Algo a lo que me había vuelto adicta... Lo tenía decidido, dejaría el clan...
Veía transcurrir el tiempo en la vida de los demás... Estaba casi siempre en compañia de Cen, juntos veíamos desde otro prisma la vida de la humanidad, las cosas tan insignificantes a las que podían dar importancia la gente, pasabamos horas y horas charlando...
Aun recuerdo mis primeros días de caza... Cen siempre me acompañaba, pero he de decir que no se me daba muy bien al principio, sabía que tenía que beber sangre para poder seguir viviendo, pero no sentia ese placer que sienten muchos vampiros al morder, al sentir la sangre resbalando por su garganta... Mordía por que era lo que tenía que hacer, por supervivencia
...
...Pero cuando mordía a Cen era totalmente diferente, me encantaba morderle, me encantaba sentirle tan cerca, me gustaba que su sangre corriera por mis venas despues de haberle mordido... sentía que con cada mordisco, formaba más parte de mí....Era su influencia lo que necesitaba, sus deseos se habían vuelto los mios propios... el único deseo propio que tenía era él...Cuando le mordía a él, si que tenía que controlarme, pues su sangre se había vuelto mi droga... Mientras le mordía pensaba que si no me controlaba Cen estaría a un paso de que le dejara sin una gota se sangre, sabía que eso conllevaría su muerte... Pero le deseaba tanto... sin embargo ese impulso por saciarme de él aprendí a controlarlo, me alimentaba de su dulce cuello , su vida, su esencia entraba en mí poco a poco... mientras lo hacía, me saciaba de su hermosura.Cuando no estabamos juntos me costaba mucho aguantar la sed de volver a verle, devorar sus venas tibias para mi era un placer, rasgar la piel de su cuello un banquete suculento y verle una necesidad... Como la vida misma, un día el termino con mi sangre humana, con los colmillos y los ojos llenos de mi vida, la cual le pertenece, esa que ahora es otra cosa... gracías a él la belleza de la muerte la aprecíe como otra nueva vida, una nueva vida en la que él siempre formaria parte...
El clan en el que me encontraba no me gustaba nada, al jefe del clan nunca me había parecido muy normal, pareci
a que sentía verdadero placer cuando mordía a una vampira, pero no ese placer que suelen sentir los vampiros cuando se alimentan de su deseada sangre... si no un placer que iba más haya... cuando mordia, se le escuchaba gemir de placer, nunca me gusto y encima últimamente se le había subido lo de ser Rey, y se creía que tenía derecho sobre los vampiros, derecho y autoridad como para ordenarles lo que debían o no hacer... con quien tenían que hablar, y como tenían que vestir... Y yo tenía muy claro que no tenía que dar explicaciones a nadie, era libre de hacer lo que quisiera, era inmortal, y no iba a dejar que alguien como él me dijera que tenía que hacer durante el resto de mi vida... Solo había dos motivos por los cuales aun no me había ido de allí, que Maat y Cen era del clan pero lo que realmente más me ataba allí era el hecho de que si me iba, Cen dejaría ser mi mentor, tendría que ir por libre, y la idea no me gustaba nada, no por que no me viera capacitada para ello, si no por que como ya dije, quería formar parte de Cen lo que más pudiera...
Los días iban pasando y yo estaba más incomoda en ese clan, cuando Cen no estaba alguna vez me acercaba por el castillo, y no me gustaba el ambiente que se respiraba por allí... Cada vez tenía mas en mente ser una vampira por libre, no tener que dar explicaciones a ningun clan... Al fin y al cabo, Cen seguría teniendo mi alma que para mí era lo más importante, y aunque no fuera mi mentor de verdad.... En el fondo, sabía, o al menos quería pensar... que Cen siempre estaría ahí para agarrarme si me caía, fuera o no mi liege... No sabía por que pero él tenía algo especial, algo que no sabría describir... Algo a lo que me había vuelto adicta... Lo tenía decidido, dejaría el clan...
Tan solo tenía que hablar con Maat, si ella no quería que me fuera, no lo haría... pero no se por que sabía que Maat no me lo iba a impedir...
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